Los ministros de Finanzas y delegaciones de EEUU y los principales países de la Unión Europea abandonaron la reunión del G20 mientras se llevaba a cabo la exposición de la delegación rusa, en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania. El boicot inició con un pedido del ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, quien pidió a Rusia abstenerse de participar.

El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, expresó en redes sociales lo ocurrido: «Mis representantes, junto con sus colegas estadounidenses y canadienses, abandonaron la reunión de hoy del G20 en Washington, mientras hablaban los delegados rusos. Estamos unidos en nuestra condena de la guerra contra Ucrania e insistiremos en una mayor coordinación internacional para castigar a Rusia».

La presidencia indonesia del G20 se encontraba bajo presión desde el mes pasado ante diversos pedidos de excluir a Moscú del G20, pero se negó porque quiso mantenerse «imparcial». Otros como México o Brasil también han venido adoptando una posición más bien neutral.

«La guerra es incompatible con la cooperación», declaró el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, en la apertura de la reunión del G20, exhortando a Rusia a «abstenerse de participar en las reuniones».

Su par ruso, Anton Siluanov, retrucó que «el G20 siempre fue y sigue siendo ante todo un foro económico».

El G20 está integrado por Estados Unidos, la Unión Europea, China, Reino Unido, Francia, Italia, Rusia, Japón, Corea del Sur, Alemania, Canadá, Brasil, México, Argentina, India, Australia, Arabia Saudita, Indonesia, Sudáfrica y Turquía.

Al no obtener la exclusión de Moscú, ministros como la secretaria del Tesoro Janet Yellen, decidieron boicotear las sesiones en las que los responsables rusos hablarían.

La secretaria del Tesoro dijo a los asistentes que desaprobaba la presencia de un funcionario ruso de alto rango en la reunión, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con el asunto.

Yellen fue una de las personas que abandonó la reunión, junto con el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, entre otros.

Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, instó al funcionario ruso, el viceministro de Finanzas Timur Maksimov, a transmitir a Moscú un mensaje claro: poner fin a la guerra en Ucrania, dijo una de las fuentes.

«Las reuinones de esta semana en Washington tienen como objetivo sostener la economía mundial, y la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia constituye una grave amenaza para la economía mundial», tuiteó también la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland.

«Rusia no debería participar o ser incluida en estas reuniones», añadió.

Freeeland acompañó sus tuits de una foto mostrando qué funcionarios occidentales «dejaron la plenaria del G20 cuando Rusia trató de intervenir».

Una fuente cercana a la delegación estadounidense señaló que algunos ministros y gobernadores que participaban de forma virtual del encuentro, «apagaron sus cámaras».

Al contrario, el ministro alemán de Finanzas, Christian Linder, defendió la voluntad de Berlín de participar en todas las sesiones del G20.

«No ofreceremos una tribuna a Rusia para difundir su propaganda y sus mentiras», dijo a periodistas en Washington.

Los expertos ven pocas posibilidades de que el bloque alcance un consenso en esta reunión sobre desafíos globales como el cambio climático y el alivio de la deuda de los países pobres.

La directora general del FMI, Kristalina Georgieva, instó el miércoles a los países del G20 a continuar su cooperación a pesar de las tensiones.

«Ningún país puede resolver sus problemas solo. Es evidente que la cooperación debe y va a continuar», sostuvo en conferencia de prensa.

«Creo que las expectativas deberían ser extremadamente bajas», declaró Matthew Goodman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) con sede en Washington, quien descarta que los países se pongan de acuerdo sobre la crisis de Ucrania, cuya participación en esta reunión del G20 fue reclamada y obtenida por el G7.

Tras la recesión económica provocada por el covid-19, la economía global acusa un nuevo golpe por la invasión rusa a su vecino, que ha disparado los precios de los alimentos y los combustibles y ha hecho que el FMI rebaje la perspectiva de crecimiento mundial a 3,6% para este año.

El presidente estadounidense, Joe Biden, propuso expulsar a Rusia del G20, pero Mark Sobel, un exfuncionario del Tesoro y ahora presidente para Estados Unidos del Foro Oficial de Instituciones Monetarias y Financieras, dijo a la AFP que no había un mecanismo claro para expulsar a Moscú, que además cuenta con el apoyo de China e India.

«Creo que realmente plantea un interrogante fundamental sobre cómo se va a manejar la gobernanza global», reflexionó.

La división también es un mal augurio para el Marco Común del G20, creado durante la pandemia para ayudar a los países muy endeudados a encontrar un camino para reestructurar la deuda, pero que, según Sobel, «flaquea» debido a que China y los acreedores del sector privado se resisten a participar.

Sobel estima que los crecientes desacuerdos entre Estados Unidos y China sobre una serie de temas que no están relacionados con Ucrania hacen poco probable que se avance sobre este marco.

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