En medio de un «veranito» para los activos locales, tanto bonos como acciones y mucho menos en la brecha cambiaria (que sigue tranquilamente arriba del 110%), la pregunta que se hacen los operadores es cuál será el desenlace cambiario.

Descartada una devaluación o «saltito» del tipo de cambio oficial, en las mesas creen que en las próximas semanas el equipo económico podría ir hacia una definición más clara en lo cambiario para fomentar la liquidación de dólares y seguir apretando la demanda.

Esta incógnita se agigantó luego de la filtración de un supuesto plan económico del viceministro Gabriel Rubinstein, fechado el 26 de julio (antes de asumir) donde recomendaba devaluar 50% y desdoblar el tipo de cambio entre comercial y financiero.  

Si bien las devaluaciones no se anuncian y la filtración al periodista Horacio Verbitsky (quien publicó el paper) sería precisamente para evitar que eso ocurra, el tema del dólar flota como una de los temas más acuciantes a los que el Gobierno aún no atendió o marcó una señal clara.

Por un lado, genera expectativa el viaje que a partir del 6 de septiembre hará Sergio Massa junto a sus principales funcionarios hacia Estados Unidos. La reunión con Kristalina Georgieva podría marcar el inicio de las negociaciones formales entre ambos y abrir la discusión por la situación cambiaria, el flanco más débil de los anuncios oficiales. La meta de reservas (de junio) está difícil pero la anual es virtualmente imposible de cumplir. Ahí habría un waiver y un replanteo de cómo llegar a juntar dólares. 

El Gobierno no planteará el camino de una devaluación. Por un lado, el BCRA tienen una posición vendida de dólar futuro de U$S 7.200 millones y la mayoría vence el 31 de agosto. Se cree que se van a renovar los contratos si bien el implícito viene bajando, pinchado por la expectativa de que no habrá salto cambiario. «Massa tendrá que definir cuál es el nuevo esquema cambiario (dólar soja, turismo) y donde va a conseguir nueva deuda (repo y FMI) y deberá contar con el aval del FMI», dice Fernando Marull, director de FMyA.

Hay distintos trascendidos en cuanto a nuevas medidas de Economía. Se habla de mejorar el dólar soja y avanzar con algún nuevo dólar en servicios o turismo. «Es decir, iría más por el camino de un desdoblamiento que una devaluación discreta», dice Marull. Además, se sigue especulando con nuevas deudas para fortalecer reservas: desde un repo con bancos por U$S 2.000 millones o pedir la línea nueva (Fondo de Resiliencia) al FMI por U$S 1.300 millones. 

«El viaje a EE.UU. será clave para avanzar en el punto que más lento avanza en su agenda: el frente cambiario. El principal problema para recomponer reservas es la brecha y la solución no pasa por swaps, repos o esquemas temporarios de liquidación de exportaciones sino por un cambio de régimen cambiario», afirma Consultatio Asset Management.

La compañía de Eduardo Costantini espera que la caída de las expectativas de depreciación implícitas en los futuros se profundice en los próximos días. «El escenario actual que descuentan los precios (saltito cambiario) no hace sentido más que como punto intermedio de otros dos escenarios: salto discreto (baja chance) o desdoblamiento», indican.

Por ahora, el Gobierno continúa endureciendo aún más el cepo importador. La imposición de licencias no automáticas a una variedad de productos de consumo y la reducción de la importación de autos a lo mínimo indispensable hasta fin de año, son algunas de ellas. 

«El Gobierno sigue evaluando alternativas para lograr una mayor oferta de dólares mientras reajusta el cepo cambiario. Los datos de comercio exterior mostraron que las exportaciones se desaceleraron fuertemente y el déficit de la balanza comercial energética marcó máximos del año en julio, lo que aumentó la necesidad de correcciones en el frente fiscal y mayores incentivos a las exportaciones en el segundo semestre. Sin embargo, su implementación resulta desafiante porque exigen más que sintonía fina sin financiamiento externo adicional», remarca Delphos Investment. 

Massa tiene cierto margen de maniobra para definir el rumbo cambiario porque en los últimos días el BCRA logró revertir la tendencia de venta de divisas en el MULC que traía de julio y principios de agosto.

Además, los pagos por importación de energía se reducirán a partir de septiembre y la dinámica fiscal de julio marcó a las claras que buscarán una mayor prudencia entre gastos e ingresos, a la vez de descomprimir el descalabro monetario observado principalmente en junio.

Sumado a eso, los vencimientos de deuda en pesos para los próximos tres meses, ya no marcan un desafío preocupante dado el canje realizado y su resultado de estirar vencimientos al próximo año. 

«Con suba de bonos globales en los últimos días y recuperación de acciones desde niveles mínimos, parecería ser que el mercado otorga un voto de confianza, que se deberá ver sustentando por un plan que abarque un ordenamiento cambiario y sinceramiento de variables que estabilicen la macro. El primer gran paso se daría con el viaje del equipo económico a EE.UU. los próximos días buscando nuevas señales de apoyo por el FMI», sostiene el banco CMF. 

EL DATO

  • 110%

En las últimas 5 ruedas, el ‘contado con liqui’ operó por debajo de los $ 300 y la brecha se moderó en torno al 110%

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