Condena de 9 años y 6 meses para un hombre por violencia sexual contra su hijastro

La jueza Paola Marocco dictó el veredicto. El ahora condenado fue declarado culpable por abusos sexuales continuados en perjuicio de un adolescente cuando tenía 15 y 16 años.

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La jueza Paola Marocco condenó a P. M. N. a nueve años y seis meses de prisión efectiva como autor del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia preexistente y continuado, en perjuicio de su hijastro que entonces era adolescente.

La organización Madres Protectoras de Salta, junto a militantas de género de la organización Nuestra América y de la Colectiva Sacar La Voz, se manifestaron este jueves en la Ciudad Judicial a la espera del fallo. 

El condenado, que había llegado a juicio en libertad, fue detenido al finalizar la audiencia y será alojado en la cárcel de Villa Las Rosas, la Unidad Carcelaria 1, donde realizará tratamiento psicoterapéutico adecuado de acuerdo a las características del delito por el que fue condenado. Además será inscripto en el Banco de Datos Genéticos.

El fiscal Sergio Federico Obeid pidió 11 años de prisión para el acusado. Mientras sus defensores, los abogados René Gómez y Cristian Olmedo, solicitaron la absolución.

El hombre, que había sido denunciado por la madre de la víctima, es también progenitor de las dos hijas pequeñas de la denunciante.

Según determinó el fiscal, los abusos sexuales fueron cometidos entre mediados de 2016 y el 23 de abril de 2017, de forma reiterada en el transcurso de 10 meses desde los 15 a los 16 de edad de la víctima.

Durante los alegatos el fiscal consideró probado este delito. Señaló entre las pericias más importantes las entrevistas en la cámara Cesell que la psicóloga Luciana Barrionuevo le realizó al adolescente y a su hermana de 8 años. Esta niña relató que una madrugada vio a su progenitor al lado de la cama de su hermano, con los pantalones desprendidos; la nena dijo que logró ver esto porque la luz del baño estaba encendida.  

Asimismo, el fiscal señaló la coherencia que tuvo el adolescente en su relato durante el circuito cerrado de televisión y entre esa declaración y la que brindó la psicóloga Sara Badaracco, a quien contó por primera vez que estaba siendo abusado por el padrastro. Obeid señaló también que fueron coincidentes las declaraciones de la profesional con la de la víctima en CCTV y la de la madre.   

La madre manifestó que hacía unos meses había notado cambios en el comportamiento de su hijo y como se negaba a contarle qué le pasaba, le propuso que fuera a una psicóloga. El adolescente fue a dos  sesiones, el 25 y 26 de abril con Badaracco. El fiscal señaló que en la segunda sesión la psicóloga «recibe el relato del niño» y convocó a la madre para informarle que el adolescente le había contado, llorando y angustiado, que era abusado por su padrastro. El niño dijo que esto pasaba desde mediados de 2016, por la noche, cuando todos dormían.

La madre habló entonces con su hijo, quien le ratificó lo que había contado a la profesional. El acusado se encontraba de viaje en Tartagal, y cuando regresó no lo dejó ingresar al hogar, le comunicó que ya estaba informada de los abusos que había cometido con el adolescente. Luego realizó la denuncia el 2 de mayo. 

El fiscal mencionó las consecuencias psicológicas de los abusos en la víctima. Recordó que la madre relató que el adolescente comenzó a dormir con un machete al lado. «Tiene que haber acrecentado su temor cuando salieron a la luz estos hechos», valoró el funcionario. Además, indicó que tuvo intentos de suicidio y fue hospitalizado. También se fugaba del colegio. Citó los testimonios del psicólogo Pablo Benítez y de la psicóloga Patricia Colina, que intervinieron para asistirlo y aseguró que estas conductas eran consecuencias del abuso vivido.

Obeid consideró que la madre no se favoreció con la denuncia porque toda su familia se vio desmembrada y además tuvo que afrontar problemas económicos. Por este motivo y otros, no encontró mala intencionalidad en la demanda y en cambio analizó que la mujer manifestó su preocupación porque saliera a la luz la verdad.  

Es tanto el daño psicológico a las víctimas de abuso sexual que es «como dejar muerta a una persona en vida», aseguró el fiscal. Destacó que hasta que comenzaron los abusos, el imputado cumplía un rol paterno con el adolescente. «Esto produce un gran dolor», advirtió, ya que la persona que acompañó el crecimiento del chico fue quien le hizo daño. Mencionó que el adolescente quiso ingresar a las fuerzas armadas pero no pudo porque los informes psicológicos no lo muestran en condiciones, y señaló que esto es por la violencia sexual que ha vivido. 

Argumentos revictimizantes y homofóbicos 

Antes de los alegatos, P. M. N. declaró pero no aceptó preguntas de la Fiscalía. Aseguró que era su hijastro quien lo acosaba e intentó desacreditar a la denunciante. Sus abogados también volvieron sobre el relato de su defendido.

Olmedo señaló en sus argumentos que el adolescente «se autopercibe como mujer», citando la declaración de la psicóloga Cornejo y sostuvo que los hechos traumáticos vividos por la víctima fueron entre los 3 y 5 años.

Gómez también tuvo argumentos homofóbicos, e intentó trasladarle esos prejuicios a la madre de la víctima, diciendo que ella nunca había ido a ver los informes psicológicos hechos en las fuerzas armadas al hijo porque tenía «miedo» de los «síntomas» de que fuera «gay». El fiscal luego refutó estos dichos, recalcando que la madre destacó que a ella no le preocupaba que el hijo fuera gay, sino que sus primeras experiencias sexuales estuvieron relacionadas con los abusos del padrastro.  

Los defensores también orientaron sus alegatos al lugar común de exigirle a la víctima la «defensa heroica» cuestionando que no hiciera nada para defenderse de los abusos. 

Obeid respondió lo obvio, que era un niño, que tenía miedo, se quedaba paralizado cuando era abusado y además temía que sus hermanas se quedaran sin padre. Señaló que ante la violencia sexual «los niños se quedan perplejos». También resaltó la asimetría de poder que había entre el chico y su padrastro. 

«Se hizo justicia» 

Luego de que la jueza leyera el veredicto, la denunciante se mostró conforme con la condena. Destacó que «no va a reparar el daño» que el condenado causó a su hijo. «La hemos peleado, llorado, sufrido. A mí no me destrozaron un hijo. Me mataron cuatro, ahora es tiempo de levantarlos, de que volvamos a la vida como familia todos juntos, como alguna vez lo fuimos», expresó.

«Por lo menos se hizo justicia. Lo que pedíamos era eso, un ejemplo para que esas mamás que están en la casa, que no saben qué hacer, que se cansan, que se apabullan con todo esto, y que nadie les da una respuesta, una solución, que quieren dejar todo, porque es humillante pasar, transitar todo este proceso», agregó.

Durante los cinco años y siete meses que llevó la causa judicial hasta este juicio, esta mujer conoció a otras madres, con quienes decidieron agruparse y están conformando la asociación Madres Protectoras. 

Juntas por los derechos de la infancia

«Falta mucho en Salta para poder ayudar a estos niños. Las mamás estamos porque ellos no se pueden defender. Estamos como representantes de esos niños, cuesta mucho la contención, la parte psicológica, el proceso judicial. Necesitamos una guía de trámites urgente», señaló la denunciante. Además, planteó la necesidad de que las y los profesionales de los organismos estatales empiecen «a prepararse mucho más» en los derechos de las infancias, derechos humanos, y en la problemática de la violencia sexual contra las infancias.

La mujer dijo que los organismos estatales en Salta «dejan mucho que desear, no hay una contención real, es como muy por encima, muy ficticio, te dan una mano por un lado pero por el otro te abandonan. No hay un tratamiento efectivo en estos casos. Si bien hay una cuestión de género que está en auge, la niñez, este tipo de violencia sexual todavía no». 

La referenta de Madres Protectoras, Yanela Barrios, también se mostró conforme con la sentencia. «La vemos a la mamá atravesar todo tipo de situaciones. Sabemos que buscó muchos años la justicia esta. Este fallo fue emocionante, muy movilizante saber que las luchas colectivas de apoyo y de todo este tipo de movilizaciones llegan a algo. Estamos conformes con la sentencia, agradecidas con la predisposición a último momento y todo este último tiempo del fiscal», manifestó.

«A veces nos sentimos solas y queremos este acompañamiento de la sociedad en su conjunto, que no mire para el costado porque es muy difícil atravesar estas situaciones, tener que llevar adelante la familia, contener a un hijo abusado y encima tener que lidiar con la justicia», sostuvo Barrios. «A los jueces, a los fiscales, (les pido) que pongan total empeño en estas causas donde están involucradas las infancias, es terrible lo que se vive en Salta cada vez y ahora conformando esta organización vemos que todos los días llegan mamás con estas mismas situaciones. Con la misma situación de ver que la justicia es lenta y no tiene soluciones en ningún lado», añadió. 

También la referenta de la secretaría de género de Nuestra América, Elizabeth Quipildor, resaltó la necesidad de un Estado que asista integralmente a las víctimas de abusos sexuales y de violencia de género. 

«Veníamos este año con mucha incertidumbre con todo lo que nos comentaba esta mamá, son cinco años y siete meses (los que pasaron desde la denuncia), esperábamos este fallo, porque las pruebas, las pericias, todo daba con que esta persona era culpable. Podemos decir que empezamos a creer nuevamente en la justicia y que este no sea el único caso que podamos acompañar sino que otras mamás se sientan acompañadas y respaldadas», sostuvo. 

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