La crisis que agobia al país no deriva de la grieta entre izquierda o derecha, sino de la grieta entre la clase política y el pueblo, porque en el medio no quedó nada ya que todas las instancias de participación han desaparecido: los partidos políticos, las unidades básicas, los comités, la militancia, incluso los centros vecinales acusan el problema de su falta de organización y participación plena.En los pueblos padecemos todavía el modelo heredado del siglo XIX donde el patronazgo y los modos del caudillo continúan vigentes. Es lo que llaman “gobernabilidad” y que como sistema político ya está agotado. La política moderna impone la “Gestión Asociada” en el modo de la “Gobernanza”, es decir, el intendente en un mismo plano de interacción con los Concejos Deliberantes, los vecinos y todos los actores sociales, porque la crisis es de tal magnitud que como diría el General Perón: “A esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”.

Aquí es donde aparecen las Instituciones de la Participación Ciudadana aconsejando la creación de las Juntas de Participación Vecinal donde los vecinos además de voto adquieren el poder legítimo y real de tener voz. Se invierte el sistema y los intendentes pasan a ser lo que realmente son, administradores de la “Cosa Pública” cumpliendo el mandato vecinal de acuerdo a las necesidades de cada sector.

Si se mira en perspectiva, de esta manera los intendentes verían aligerada la presión en su función y se apagarían muchos reclamos. Obviamente, esta tarea requiere de una fluida comunicación institucional con los vecinos. Actuando así, otro beneficio es la transparencia de la Gestión que consolida la imagen de los intendentes.Esta nueva forma de la política destruye además toda posibilidad de autoritarismo y democratiza al sistema municipal. Por ser novedosa, en lugares como Salta es lógico que los intendentes tengan temor de empoderar al vecino, pero la realidad de las ciudades que han aplicado este sistema demuestra que darle efectiva participación al vecino lo fideliza con la Gestión y el intendente adquiere mayor capacidad y brillo en su gestión. Se trata de que los vecinos recuerden “Lo que hizo fulano” y no al “fulano”.

Casi todos los municipios de Salta sufren de las mismas penurias: falta de agua, cloacas, inseguridad, transporte público, conectividad a Internet, etc., todos problemas derivados de la falta de Organización Territorial, de un plan previo que debe formularse desde la consulta a los vecinos organizados.Es lo que se llama “Pensar Municipio” y ésta es una tarea de todos, donde cada grupo de vecinos ponga sobre la mesa sus problemas y de esa manera hallar soluciones generales. No es una fórmula mágica, obviamente, pero es el inicio de una política organizada cuyo resultado será la paz vecinal y social.

La Organización Territorial planificada en conjunto con los Vecinos es la nueva forma de consolidar gestiones municipales. Porque un funcionario provincial o incluso nacional tendrá más presión para resolver un problema frente a un grupo de votantes organizados que frente al solo funcionario como viene ocurriendo.

Ingresamos así a la política vecinal proponiendo herramientas ya probadas que en el caso de Salta sólo necesitan comenzar a ser implementadas. La Participación Vecinal abre la puerta a que ciudadanos que nunca participaron en la política por creerla un terreno dudoso puedan comenzar a pensar en su barrio, en su municipio, en su ciudad y lograr alcanzar los cambios y las soluciones que hasta ahora han visto siempre postergadas.-

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