El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, amenazó a Moscú con sanciones en cuanto «la primera bota rusa» pise territorio de Ucrania luego de reunirse con el presidente de ese país, Volodimir Zelenski. Johnson advirtió este martes que una eventual invasión rusa sería un «desastre político, humanitario y militar» para el mundo, en el marco de las tensiones en la frontera entre ambos países.
Por su parte el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Washington de usar a Kiev como un «instrumento» contra Moscú, luego de que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, exigiera a su par ruso una retirada inmediata de las tropas apostadas en la frontera de esa exnación soviética. Durante una rueda de prensa conjunta en el Kremlin con el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, Putin advirtió que un potencial ingreso de Ucrania en la OTAN podría llevar a una guerra entre Rusia y la alianza atlántica por el control de la península de Crimea.
Ayuda militar a Ucrania y sanciones a Rusia
En conferencia de prensa desde Kiev, Boris Johnson alertó sobre la amenaza de un «potencial despliegue» de las 30 mil tropas que Moscú utilizó en 2014 para invadir la península de Crimea. «Ucrania se ha visto sumida en casi una década de conflicto», subrayó el primer ministro británico, quien lamentó los más de 14 mil muertos en el conflicto que estalló en 2014 en el Donbass.
Johnson consideró que la amenaza rusa es «evidente» y no es ninguna exageración, ya que Occidente es testigo de los preparativos de «toda clase» de operaciones que tienen lugar habitualmente durante una campaña militar. Incluso acusó a Putin de intentar «torpedear» la arquitectura de seguridad que surgió de la caída del Muro de Berlín «poniendo una pistola en la cabeza de Ucrania».
El líder británico recordó que desde 2015 Londres ha instruido a más de veinte mil soldados ucranianos y suministrado 2,2 millones de libras «en equipos militares no letales». En vísperas de su visita a Kiev, Londres adelantó que ofrecerá esta semana a la OTAN un «gran despliegue militar» para «fortalecer las fronteras de Europa» y contrarrestar la «hostilidad» de Rusia, que incluirá cazas, buques de guerra y especialistas. Los planes británicos pasan por duplicar el número de tropas que mantiene actualmente en la región y enviar más «armamento defensivo» a Ucrania.
Para disuadir a Rusia de cualquier potencial agresión, Occidente aceleró sus preparativos para imponer sanciones económicas. El primer ministro británico, que tiene pensado llamar a Vladmir Putin a su regreso a Londres, negó que dicha medida sea una «demostración de hostilidad hacia Moscú», sino una muestra de apoyo «a la libertad, la democracia y la soberanía ucraniana ante la amenaza rusa».
«Mejor prevenir que curar»
Durante la rueda de prensa conjunta en Kiev, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski confirmó haber tratado con el primer ministro británico diversas medidas para frenar las supuestas intenciones de Rusia. «Mi opinión es conocida. La palabra contención demuestra su lógica. Cualquier medida es eficaz antes y no después. Mejor prevenir que curar«, señaló.
Zelenski aseguró que «la ocupación de una ciudad o un territorio» ucranianos «nunca sucederán», pero en caso de que así sea, «esta será una guerra europea en toda regla». En ese sentido el mandatario ucranianoanunció un plan de profesionalización del ejército, con el objetivo de poner fin al servicio militar y reclutar en tres años a 100 mil efectivos.
Contra Estados Unidos y a la OTAN
Desde la otra vereda el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que espera que Occidente y el Kremlin encuentren «una solución» a la crisis, y acusó a Estados Unidos de usar a Ucrania como un «instrumento» contra su nación. Putin no mencionó las decenas de miles de soldados desplegados en la frontera con Ucrania desde hace semanas, un hecho que abrió un abanico de especulaciones en las potencias occidentales.
El mandatario ruso planteó el peor escenario posible, señalando que si Ucrania se convirtiera en miembro de la OTAN, intentaría recuperar por la fuerza Crimea, anexionada por Rusia hace ocho años. Putin consideró que está «claro» que Estados Unidos y la alianza atlántica decidieron ignorar las preocupaciones del Kremlin en materia de seguridad, al rechazar las exigencias rusas.
«Estamos analizando las respuestas escritas recibidas de Estados Unidos y la OTAN, pero está claro que los pedidos de Rusia han sido ignorados», dijo el mandatario tras un encuentro con el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Putin enumeró las principales exigencias rusas: el fin de la política de ampliación de la OTAN, el compromiso de no desplegar armas ofensivas cerca de las fronteras rusas y la retirada de las posiciones militares de la alianza atlántica hasta las fronteras de 1997, es decir, antes de que la organización acogiera a los antiguos miembros del bloque soviético.
EE.UU. no cede a las exigencias rusas
El gobierno de Estados Unidos rechaza tajantemente las exigencias rusas en torno al conflicto con Ucrania. Este martes el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, exhortó a su par de Rusia, Serguei Lavrov, a retirar de inmediato las tropas de la frontera con Ucrania, mientras que el canciller ruso lamentó que Washington y sus aliados occidentales rechazaran los pedidos de Moscú.
«El secretario de Estado enfatizó la voluntad de Estados Unidos de continuar un intercambio sustantivo con Rusia sobre preocupaciones de seguridad mutua», señaló un comunicado del Departamento de Estado norteamericano, tras la llamada entre ambos funcionarios. Según la nota, Blinken instó a «la desescalada rusa inmediata y la retirada de tropas y equipos de las fronteras de Ucrania».
Lavrov, por su parte, declaró que Rusia da por concluida la coordinación a nivel internacional de su postura hacia las respuestas de Estados Unidos sobre las garantías de seguridad formuladas por Moscú. «Insistiremos en una conversación honesta de por qué Occidente no quiere cumplir sus obligaciones o quiere cumplirlas selectivamente y exclusivamente a su favor», dijo el diplomático ruso, quien lamentó que Washington tienda a centrarse en «asuntos importantes pero secundarios».