El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, trasladó este jueves a su par de Rusia, Vladímir Putin, una oferta para que se reúna en su país con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, con vistas a que ambos líderes acerquen posturas y puedan incluso acordar un alto el fuego.
Erdogan y Putin hablaron por teléfono, con la guerra en Ucrania como principal punto en la agenda. El mandatario turco reiteró la voluntad de Ankara de trabajar en favor de la paz, insistiendo en la necesidad de un alto el fuego con vistas a avanzar hacia una solución más a largo plazo.
El mandatario turco espera que las actuales conversaciones entre autoridades rusas y ucranianas se traduzcan en «resultados positivos», pero advirtió que algunos temas pueden requerir de contactos a más alto nivel. En este sentido, planteó a Putin que se vea con Zelenski en Estambul o Ankara, según el comunicado de la Presidencia.
Turquía ya acogió la primera reunión entre los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dimitro Kuleba, respectivamente, si bien este contacto concluyó sin avances prácticos, ni a nivel político ni en el ámbito estrictamente militar.
El Kremlin no valoró la oferta de Erdogan y en su comunicado se limitó a apuntar que Putin informó al presidente turco del progreso de las conversaciones ya en marcha. Asimismo, ha destacado los diferentes contactos mantenidos entre Lavrov y el jefe de la diplomacia turca, Mevut Cavusoglu.
La conversación entre Erdogan y Putin coincidió precisamente con una visita del ministro de Exteriores de Turquía a Ucrania. En Leópolis, Cavusoglu se reunió con Kuleba, junto a quien compareció en rueda de prensa agradeciéndole que le haya recibido en días que son «difíciles», según la agencia Anatolia.
El ministro turco desveló que el Gobierno de Ucrania planteó que Turquía ejerza de garante de un hipotético acuerdo de seguridad, algo frente a lo que Rusia no habría presentado objeciones.
Cavusoglu, que reiteró su apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, lamentó los efectos de esta guerra sobre la población civil, recordando a los más de tres millones de refugiados y a los «miles» de ciudadanos que han perdido la vida.