Rusia prometió reducir de forma drástica sus operaciones militares en torno a Kiev y en la norteña Chernígov en las conversaciones de paz celebradas este martes en Turquía, mientras que Ucrania propuso un estatus neutral con garantías internacionales para protegerse de los ataques, en lo que representa un significativo avance en las negociaciones que llevan más de un mes.

Los negociadores ucranianos dijeron que propusieron un estatus según el cual su país no se uniría a alianzas ni albergaría bases de tropas extranjeras, pero tendría su seguridad garantizada en términos similares al «Artículo 5», la cláusula de defensa colectiva de la OTAN.

En este contexto, identificaron a Israel y a Canadá, Polonia y Turquía -miembros de la OTAN- como países que podrían ayudar a proporcionar dichas garantías.

Las propuestas incluirían un periodo de consulta de 15 años sobre el estatus de Crimea -anexionada a Rusia- y solo podrían entrar en vigor en caso de un alto el fuego completo, dijeron los negociadores ucranianos a los periodistas en Estambul.

El viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, dijo que Rusia decidió reducir los combates cerca de Kiev y Chérnigov para crear las condiciones necesarias para el diálogo.

Aunque poco después, el principal negociador ruso, Vladimir Medinski, matizó que la reducción de las operaciones militares «no significa un alto el fuego».

De forma paralela, en una entrevista concedida a la cadena rusa RT, recogida por la agencia de noticias Interfax, Medinski señaló que la delegación considera las propuestas de Ucrania como «un paso adelante».

«Rusia dio dos grandes pasos hacia la paz», dijo, antes de indicar que Moscú «espera una respuesta de Ucrania». «Consideramos sus primeras propuestas escritas como un paso hacia nosotros, un hecho positivo», recalcó.

El primer paso al que se refiere es una «ralentización o reducción» de la intensidad del conflicto en las dos ciudades mencionadas. El segundo está relacionado con la posibilidad de una reunión entre los presidentes ruso y ucraniano, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, al momento de firmar la paz, en palabras del negociador ruso.

Las conversaciones celebradas el martes en Estambul fueron el primer encuentro cara a cara entre las partes desde el 10 de marzo. Rusia lanzó su invasión de Ucrania el 24 de febrero, y no ha logrado capturar ninguna de las principales ciudades de su vecino tras encontrar una feroz resistencia.

Las propuestas de Ucrania fueron las más detalladas y concretas que Kiev ha dado a conocer de forma pública.

«Si logramos consolidar estas disposiciones clave, y para nosotros esto es lo más fundamental, entonces Ucrania estará en condiciones de fijar su estado actual como un Estado sin bloque y sin armas nucleares, en forma de neutralidad permanente», dijo el negociador ucraniano Oleksander Chaly.

«No albergaremos bases militares extranjeras en nuestro territorio ni desplegaremos contingentes militares en nuestro territorio, y no entraremos en alianzas político-militares», afirmó. Las maniobras militares tendrían lugar con el consentimiento de los países garantes.

Estados Unidos, por su parte, reaccionó con escepticismo al principio de acuerdo entre Rusia y Ucrania.

«Está lo que Rusia dice y está lo que Rusia hace. Vamos a centrarnos en esto último», consideró el secretario de Estado, Antony Blinken, durante una rueda de prensa conjunta en Rabat con el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Burita.

Advirtió de que tras los compromisos rusos para reducir sus operaciones militares en zonas como Kiev podría ocultarse un nuevo intento de «engaño». Por ello, instó a Moscú a «terminar ya la agresión, dejar de disparar, retiras las fuerzas y, por supuesto, implicarse en el diálogo».

Blinken alabó en cambio la fortaleza y la disposición de Ucrania, que no sólo fue capaz de resistir tras la invasión sino que se ha sentado a negociar «literalmente con una pistola sobre sus cabezas».

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